La artista, nacida en Londres en 1946, representa una abundancia de líneas rotas, marcas y rayones para crear un espacio imaginario que hacía referencia al mundo prelingüístico de las pinturas rupestres. A través de referencias simbólicas de humanos, animales y pájaros, la artista describía cómo deseaba sugerir la movilidad de la imagen y la ambigüedad de formas que uno experimenta en los sueños.
Lo más interesante de estos dibujos es la sugerencia. La manera de inspirar cualquier cosa, y dejar volar la imaginación. No son dibujos cerrados, que representan, que no dejan ser activo al lector, si no que al contrario, son una herramienta con la que el espectador juega.