El mundo te ofrece muchas enseñanzas bajo diferentes formas

lunes, 31 de diciembre de 2012

Kendrick Bangs Kellogg

Kellogg es un arquitecto americano nacido en 1934, cuya obra de arquitectura, está basada en leyes orgánicas, tenemos ejemplos como;



La residencia Yen



La iglesia de piedra Uchimura Kanzo

miércoles, 26 de diciembre de 2012

Avis Newman

La artista, nacida en Londres en 1946, representa una abundancia de líneas rotas, marcas y rayones para crear un espacio imaginario que hacía referencia al mundo prelingüístico de las pinturas rupestres. A través de referencias simbólicas de humanos, animales y pájaros, la artista describía cómo deseaba sugerir la movilidad de la imagen y la ambigüedad de formas que uno experimenta en los sueños.


Lo más interesante de estos dibujos es la sugerencia. La manera de inspirar cualquier cosa, y dejar volar la imaginación. No son dibujos cerrados, que representan, que no dejan ser activo al lector, si no que al contrario, son una herramienta con la que el espectador juega. 

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Tiempo

El tiempo, el tiempo, no nos deja ser nosotros mismos. No nos deja  que fluya nuestro corazón, nuestra mente, no nos deja estructurarnos con nuestra propia coherencia, sino bajo la coherencia impuesta por otro, que nos marca una limitación de orden y desestabiliza nuestro sistema. El tiempo marcado por el otro, es nuestra barrera. Los plazos, acuerdos que la naturaleza no entendería, y que nosotros forzamos. Inventos de un hombre inseguro o demasiado exigente. Una ilusión de estabilidad cimentada en la negación de nuestra naturaleza.

sábado, 13 de octubre de 2012

Aristoteles

La finalidad del arte es dar cuerpo a la esencia secreta de las cosas, y no copiar su apariencia

domingo, 30 de septiembre de 2012

Despiertas

Y de repente, te das cuenta de que existes, de que eres alguien a quien habías olvidado. quién eres realmente, quién, siento que lo he olvidado hace mucho tiempo, ni siquiera recuerdo mi infancia, la olvidé. Era un mero títere de la circunstancia que me acompañara.  Fuera cual fuera, me explotaba hasta reventar sin darme cuenta, o más bien sin poder salir de ahí. Era como si no supiera hacer otra cosa.Y ahora recuperaré mi identidad. No recuerdo nada de mi infancia, nada.

sábado, 29 de septiembre de 2012

Objetivos

¿Por qué sentir una tristeza? No se si es necesario encontrar la causa o mejor navegar en la solución, sin forzar la naturaleza. A veces, nos obcecamos en encontrar la causa y solucionarla para que lo que estamos haciendo salga pero a lo mejor debemos dejarlo para que otro lo solucione o quizás simplemente nosotros no estamos hechos para eso, o eso no debería ser. A veces queremos ampliar nuestra conciencia y saber realmente si es correcto lo que hacemos, pero no sé si ese es el camino, preguntarnos todo el rato si es correcto, si nos estamos equivocando. A veces, nuestros sentimientos son claros, se supone que cuando nos sentimos mal es porque algo nos ocurre y eso nos sirve para conocer qué tenemos mal dentro, qué heridas hemos de sanar, pero es un trabajo demasiado costoso, a veces, te cansas, a veces, sientes que lo único que haces es analizar y te preguntas ¿tan mal hecho estoy?¿Tanto he de arreglar? No creo que sea tan drástico solo que una vez que entras en ese círculo en espiral de análisis, a veces se pierde la noción del tiempo y el espacio o más bien la consciencia de las energías que estamos tirando en el intento. No se realmente, si merece la pena. Y no se si alguien tiene la respuesta realmente. La vida es compleja y parece serlo. Una vez me dijeron que todo era mucho más fácil, lo único que tenías que hacer era fijarte un objetivo y poner en él todas tus fuerzas, saldría solo. Pero cómo sabes si ese objetivo es el que realmente te hará feliz. La única solución es buscar la felicidad. Después de muchas cavilaciones, estudios, tiendes a querer simplificar las cosas, porque la divergencia nos termina agobiando y pesando demasiado sobre nuestras espaldas. Pero una vez que lo simplificas te das cuenta de que es imposible de simplificar, porque hay muchos factores que conllevan ese objetivo y que también hay que pasarlos y que no es todo tan directo.
Pongámonos en el caso, cuál sería mi objetivo: la felicidad
Ser feliz, y eso que conllevaría, necesitaría sentirme segura.Saber moverme en aquello que me quiero mover.
Deberíamos hacer desaparecer todo lo demás, todos los análisis, quiero sentirme segura, quiero saber moverme. Lo que no me interese no lo escucho simplemente quiero conseguir un objetivo. No puedo dejar entrar toda la información que considere innecesaria en este momento por el simple hecho de que pueda necesitarla en un futuro. Seamos ordenados.

viernes, 28 de septiembre de 2012

Ciencia y arte: arquitectura

Al final en nuestra existencia podríamos reducirnos a ciencia y arte. Una mezcla de esencia y sueño, siempre hay algo de sueño que aunque sea una mera ilusión toca nuestro corazón y nos calma como el abrazo de una madre. Al final los números son la esencia, son la realidad y la certeza, concuerdan con lo coherente de nuestro cerebro y nuestro corazón lo tiñe de luz y amor. Por eso somos una mezcla de ambos y su integración nos acerca a la virtud y la felicidad.
Y qué sería de la investigación sin algo de ilusión, sin creación. Los números nos dan las pistas para ver lo que hay pero el corazón y la ilusión han de mezclar todo ello, y transformarlo conforme a unas leyes que ya conocemos, transformar jugar con los números para regenerar nuevas matrices, solapando precisiones ya descritas.

jueves, 27 de septiembre de 2012

Cuando el corazón irradia

Cuando en el corazón la felicidad es tan enorme que lo traspasa necesita expandirse desde los dedos y materializarse en algo más grande y más coherente con lo que pasa.
Eso lo siento ahora, en cada poro de mi piel, el recuerdo de una infancia, de los sueños, de la chispa de la ilusión, cuando de cada latido emerge otro con más fuerza. Cuando el mundo se abre de mil colores ante tus ojos, y tu alma quiere abalanzarse sobre ellos, saboreando cada fragancia, enamorándose con cada flor. Sin problemas y con soluciones. Un caleidoscopio de emociones acompañando cada nota musical.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

El miedo

El miedo nos entorpece, obstaculiza,
el miedo nos paraliza
el miedo nos da miedo.
El miedo está en nosotros
el miedo es nuestro enemigo
el miedo no nos deja pensar
el miedo nos protege demasiado
el miedo sobrepasa lo esencial
el miedo se esconde para que no lo encuentres
el miedo cierra la llave para no irse jamás de ti.
el miedo se aferra a nuestro cuerpo
al  miedo hay que dejarlo ir
no hay que forzarlo
hay q darse cuenta de que es muy pesado.

Creando-transformando-fluyendo

La vida es como un proyecto, se te presentan situaciones y has de jugar con ellas, has de ser flexible para fluir con las olas de la circunstancia. Aprovechando cada momento como el único que es. La filosofía japonesa recibe tanto lo bueno como lo malo como un todo. De tal manera que nada cambia, sólo hay que seguir la transformación de tu vida, aceptar lo que te viene y actuar conforme a esas circunstancias. Cada situación es una oportunidad, cada problema también lo puede llegar a ser, para descubrir algo nuevo, para superarte, para lo que sea. Todo puede ser un juego. El juego de la vida. No hay porqué estabilizarse, porqué querer congelar nuestro tiempo y nuestro estado, cuando el dinamismo forma parte de nuestro universo. Dejarse llevar. Disfrutar. Ya vendrá lo de después. No sabemos lo que será. Sólo podemos disfrutar al máximo lo que tenemos entre manos. Sin vistas al futuro. Cuando llegue ya actuaremos.

sábado, 22 de septiembre de 2012

Materializandonos

La luz intangible, colmaba el vacío. En un armonioso equilibrio que fluía y se alimentaba a sí mismo. Con sus propias leyes. Hasta que esa energía se materializaba en un proceso de transformación en el interior del útero materno. ¿Cómo llega esa luz a algo tan material? A un cigoto, cómo los niños gozan de la luz que poco a poco se nos va cerrando a los mayores. Ese mágico proceso.
La luz sigue en nuestro interior, sólo que le cerramos el paso en algún momento de nuestra vida. Empezamos a bloquearnos, a aislarnos en pos de una autodestrucción.

Nacer


Una bonita historia, recogida del blog de Paulo Coehlo:
Pero Sa-chi no mostró signos de celos. Y como ella siempre fue muy cariñoso con su hermano pequeño, sus padres decidieron llevar a cabo un experimento.Encantado de haber concedido su deseo, poco a Sa-chi se acercó de puntillas a la cuna, se inclinó sobre el bebé y le dijo:"Hermanito, dime cómo es Dios. Estoy empezando a olvidar ".

Cuando su hermano nació, Sa-chi Gabriel suplicó a sus padres que la dejaran sola con el bebé.
Ellos se negaron, temiendo que, al igual que muchos niños de cuatro años de edad, estaba celosa y quería lo traten mal.
Salieron de Sa-chi a solas con su hijo recién nacido, pero mantuvo abierta la puerta de la habitación para que pudieran ver lo que hacía.


miércoles, 19 de septiembre de 2012

Reencuentro

Y¿Qué es lo que pasa cuando una persona sabe cuidar de todo el mundo excepto de sí misma? Cuando es capaz de ver la verdad en todo el mundo, excepto en sí misma. Que ha de encontrarse, reencontrarse, porque llevaban mucho tiempo separadas, su alma intangible y su conciencia, porque no se cuidaban, porque necesitaba amor y la compañía del cuerpo, que el cuerpo estuviera a su favor, que fuera su amigo. El alma, el corazón anhelaba comprensión porque no la tenía de su mente. Sin disociar, tenemos sque estar unidos con nosotros mismos. Me encanta ordenar en el fondo. Es como si no pudiera parar, hasta que todo no esté perfectamente disociado, no hay quien me pare.
En resumen amáos.

Al final la vida es eso

Muchos misterios existen sobre nuestra realidad, sobre quiénes somos, sobre el universo. La materia, la energía, la sustancia... tantos conceptos en filosofía que pueden ser reales y que encajan bastante en nuestra lógica de pensamiento. Quien sabe si todos lo estemos inventando porque todos seamos iguales en el fondo y a todos nos encaje y por ello nos creamos el propio cuento que nos estamos contando. Pero tiene bastante lógica no?. Al final estamos creados para seguir en esta realidad, en ir al baño, en comer, en viajar, en charlar con los amigos. El conocimiento nos enriquece, como lo hace un libro. La experimentación parece más creíble por eso confiamos en la ciencia. Pero quizá el error está en nosotros mismos. Y así nunca encontraremos la verdad. Quizá yo sólo me encargue de refutar toda hipótesis de verdad, aunque la ciencia parece bastante acertada, pero siempre parece que algo se nos escapa de las manos, que falta algo por descubrir. Podemos aparcarlo, y seguir con nuestras vidas, amándonos, creando, pasando el rato que nos ha tocado vivir en esta vida. Quién sabe qué habrá después, quizá otra, más inconsciente, más intangible.  Muchos hablan sobre la energía, que todo lo rige la energía y que en algún momento se produce la materialización y por medio de la consciencia podemos vivir la realidad. Y que esa vida, depende de cómo estén esas energías. Es posible, pero el cerebro es demasiado complejo y su relación con esta energía más aún. Quizá me falte conocimiento, de hecho creo que eso es algo evidente. Pero no hay prisa.

despertar 2012

Y es que ahora mi vida ronda en torno a la búsqueda de un equilibrio, de un camino que nunca tracé excepto en mi imaginación. Ahora lo pretendo trazar en la realidad, y reconozco que a veces se me hace insostenible, cuando estás a caballo entre dos mundos, el ir hacia atrás y hacia delante, desgasta y desconcierta, no estás ni en un mundo ni en otro, estás en los dos y en ninguno. En resumen, un lío plagado de lucideces y las peores de mis pesadillas. Me pregunto si encontraré un equilibrio, el cosmos se mantiene en un dinamismo armónico, y al menos a esto es a lo que aspiro. Aunque no tengo una certeza plena en conseguirlo.
Si estás perdido en la misma situación que yo,  cuéntamelo y al menos, nos comprenderemos y apoyaremos. Creo que lo importante es saber qué quieres realmente, reordenar tu nuevo universo. Encontrar tu sitio en esta nueva dimensión. Yo me encuentro en ese escalofriante escalón plagado de sorpresas, algunas más gratificantes que otras, y también chocando con mis peores miedos, que crispan todo mi cuerpo en los momentos decisivos, pero todo pasará. Y pienso qué es lo que ordena el plano más general:
-EL AMOR (que nos guía desde dentro)
-LA FILOSOFÍA, LA ARQUITECTURA Y EL COSMOS (que nos ordenan la realidad de fuera)

Hasta que el interior y el exterior se fusionen dando lugar al absoluto, al todo.

sábado, 15 de septiembre de 2012

Flaqueando de vez en cuando

En ocasiones, todo se vuelve contra ti. De repente, algo se desajusta y todo es caos, nada tiene luz, estás harto de las personas que te rodean, nadie te ayuda, estás tú solo, frente a todo y nadie te echa una mano. Solo. Muy solo. Cansada de eso. De que nadie te apunte en la diana que necesitas, de que tú ayudes y nadie lo haga por ti, porque no se han molestado en ello. Porque no desperdician sus energías en ti. No lo hacen. Y el odio comienza al albergarse como un torrente interior, que toma fuerza. Como si sólo estuvieran contigo cuando estás bien. Como un despiadado mundo de supervivencia. Y es que eso es algo que aún me cuesta aceptar.

Nuestra casa, la naturaleza

A veces, nos perdemos en la inmensidad, en busca de lo desconocido, y se  nos olvida cuál es nuestro origen, nuestras raíces, donde se encuentra el olor del hogar, el calor de una madre. Gea. Parece que se nos olvida cómo sufre por soportar nuestra estupidez y desagradecimiento. Vivir en armonía con ella nos llevará a la virtud y nuestro odio, sólo hacia nuestra propia autodestrucción. Caminamos dormidos en nuestras historias imaginarias. Cada uno se reorganiza un microcosmos en el cual cree que está a salvo. Pero la imaginación a veces, es demasiado engañosa, y es muy probable que nuestro camino no sea el correcto. La ley de la existencia ya nos está dando avisos, aunque parece que aún no los sabemos descifrar en ocasiones. Terremotos, calentamiento global, ascenso progresivo de las temperaturas, todo lo que vemos como algo ajeno, algo en lo que algunos personajes algo desarrapados se molestan en defender. No somos capaces de ver la verdad, lo que trasciende de nuestras creencias limitadas. Y sentirlo como una verdad inherente a nosotros, a nuestra naturaleza, al sentido de nuestra existencia.


jueves, 13 de septiembre de 2012

Amor, amor, amor....

Se solía decir " El amor todo lo puede" y yo pensaba que era otro de los típicos tópicos que todo el mundo ensalza o pone en sus labios en algún momento de su vida, porque queda bello. Ahora lo siento, y como ya anuncio y anunciaré muchas veces en mi vida, estaba muy equivocada. El amor hacia el planeta, hacia todo lo que nos rodea, hacia nosotros mismos, es capaz de cambiar toda nuestra realidad.  Amemos, dejémonos de historias, de envidias, de odios, de miramientos, de reflexionar, de venganzas, todos pertenecemos a una misma historia. Y los cuentos, a veces, encierran demasiada sabiduría y es que la envidia la lleva el diablo, o el mago malo, y no debemos caer en sus garras, o la oscuridad nos atrapará en sus redes, y el mal se extenderá como un virus irremediable. Mirad alrededor, al final todos no somos tan diferentes, quizá nos estamos volviendo un poco demasiado, TONTOS, porque esa es la palabra, aunque suene infantil.

El mundo cambiará en algún momento... y nos reiremos de nuestro pasado.


Mark Knopfler


domingo, 9 de septiembre de 2012

Despertad artistas!

Todos llevamos algo dentro, indescriptible, superior. Estamos dormidos, esclavizados por algunos elementos que dentro de su ignorancia, se debaten entre estrategias absurdas cada vez más deprimentes. Alguien rigió un mundo, quizá el camino que estemos tomando no sea el correcto. Quizá falte amor por nosotros mismos y por todo lo que nos rodea. La idea básica de unión comienza a desaparecer. Todos conformamos el todo. No tiene sentido pensar que somos menor que alguien. Quizá solo tengamos que despertar al niño dormido que tenemos dentro, sufriendo por no vivir plenamente. Buscar lo que os dice de verdad el corazón, ¿queréis realmente odiar? ¿queréis sobresalir? ¿o quizás es solo el camino irremediable que tomamos porque nos sentimos solos o incomprendidos? quizás solo nos defendemos como podemos, porque vemos la realidad distorsionada, tenemos que salir de nuestra cáscara para ver que somos mucho más grandes de lo que creemos. Y confiar en que todo va a ir bien.

contagiaos de ilusion!



martes, 7 de agosto de 2012

Arquitectura japonesa



Influencia del Zen en la Arquitectura Japonesa Contemporánea

La tradición juega en el contexto japonés un papel fundamental en la vida y en la expresión de su cultura. Esta no se entiende como un peso arcaizante, sino que, por el contrario, constituye un privilegio único que conecta el pasado con el presente y con el futuro: es la huella del fluir del tiempo en la vida. Es por ello que, en la actualidad, los artistas japoneses asumen sin conflictos el legado de las antiguas costumbres, las cuales conviven y se fusionan con los nuevos paradigmas estéticos de la postmodernidad. El acervo cultural nipón palpita en cada expresión artística contemporánea, ya sea explícita o implícitamente, pues ella reafirma la condición humana de la obra y su pertenencia a una cultura que se identifica con su pasado.

Dentro de las numerosas creencias, tradiciones, costumbres, modelos estéticos…que conforman el cuerpo tradicional de la cultura japonesa es indiscutible que la filosofía budista, en especial la Zen, constituye uno de los esquemas de pensamiento y comportamiento que mayor impacto y trascendencia ha alcanzado hasta nuestros días. El marco de acción del budismo japonés se extiende más allá de las expresiones culturales arcaicas y subyace en cada actitud social y cultural de la actualidad. El budismo Zen, tendencia que con más fuerza penetró en la ideología japonesa, constituye hoy una forma inherente a la idiosincrasia del pueblo japonés, quien, consciente e inconscientemente, se comporta y se expresa siguiendo las pautas sentadas hace más de ochocientos años por los primeros monjes Zen. En el terreno artístico su presencia resulta notable pues, tanto en las artes tradicionales como en aquellas sumergidas en el espíritu contemporáneo y postmoderno, las bases filosóficas del Zen definen las formas y conceptos estéticos más importantes.

Con esta breve investigación se pretende, entonces, descubrir cuáles son las huellas dejadas por el Zen en la creación artística contemporánea. Para ello, nos centraremos específicamente en la arquitectura, por ser esta la manifestación que con mayor acierto ha sabido conjugar lo tradicional con lo postmoderno.

El trabajo se ha dividido en tres secciones: una primera parte que analiza los principales conceptos del budismo Zen y sus implicaciones estéticas en el arte japonés; una segunda parte en la que se traducen dichos conceptos filosóficos a las expresiones formales correspondientes en el campo de la arquitectura, se identifican y se analizan, a través de ejemplos puntuales de obras de arquitectos contemporáneos japoneses, como estos conceptos tradicionales del Zen están vigentes en la arquitectura de los últimos años; y, finalmente, una tercera y última parte con las conclusiones.

Este estudio se propone, pues, exponer los principales conceptos Zen que definieron el desarrollo de la estética del arte japonés y su pervivencia en la creación arquitectónica contemporánea.

El pensamiento japonés y el Budismo Zen
El profesor Nakamura Hajime, prestigioso pensador contemporáneo, en su libro Ways of thinking of Eastern Peoples[1](Modo de pensar de los orientales) destaca las siguientes cualidades de carácter como propias al pueblo japonés: tendencia no racionalista, inclinación a lo intuitivo y emocional, a evitar las ideas complejas y a expresar sus pensamientos de modo sencillo y simbólico. Según Nakamura, el juicio japonés rehúye los axiomas sistémicos e intelectuales y opta por la expresión emocional y sensible. Dicha preferencia por la sencillez y la síntesis ha marcado indeleblemente la ideología japonesa: las conexiones cognitivas se establecen, más que por deducciones lógicas, por relaciones de carácter afectivo y emocional. De aquí que sus postulados filosóficos e intelectuales no hayan conformado teorías complejas para exponerse a sí mismos, sino que encontraron en las artes la forma natural para expresar la esencia conceptual de sus doctrinas.

Estos rasgos del pensamiento natural japonés justifican la facilidad con que se asumió la filosofía budista, en especial la escuela Zen: no fue difícil para esta cultura asimilar una corriente cuyas principales características ya se encontraban, al menos en sus principios básicos, en las cualidades naturales de este pueblo.

La doctrina Zen fue la tendencia budista que con más fuerza arraigó en el espíritu del archipiélago asiático por la extrema simplicidad de sus preceptos: el abandono de cualquier conocimiento discursivo mediante el satori o iluminación interior, experiencia fundamental del Zen, propone descubrir la naturaleza de un modo instintivo e inmediato, al experimentar la admiración y el misterio de la vida en cada situación. La escuela Zen no se basa en complejos sistemas filosóficos para su definición; ella se sirve en todo momento de la proposición artística para traducir sus principales conceptos: el arte es el medio por excelencia, y no precisamente el tratado teórico, que resume y expone con claridad la filosofía Zen.

Durante más de seiscientos años, producto de tan perfecta asimilación, los ideales religiosos del budismo Zen dirigieron el alma japonesa. Si bien otras escuelas de Budismo limitaron su esfera de influencia casi exclusivamente a la vida espiritual del pueblo japonés, el Zen fue más lejos: el Zen impregnó profundamente todos los aspectos de la vida cultural del pueblo japonés[2]La nueva doctrina transformó las ideas, las creencias, las actitudes del pueblo japonés; modificó no solo la filosofía y la religión, sino también las formas de vida y de la cultura, y en especial del arte[3]Sus principales conceptos filosóficos definieron el futuro desarrollo del arte y la estética japonesa de un modo definitivo.

Conceptos estéticos-filosóficos del Budismo Zen
El budismo Zen no es una filosofía ni una teología en el sentido ortodoxo, sino un modo de vivir y percibir la vida. El satori o iluminación interior se alcanza con la práctica continua de la meditación, cuando se logra abandonarlo todo y prescindir de cualquier formalidad exterior. De este modo, la mente alcanza un vacío inconmensurable, el cual no es el resultado de un proceso analítico y racional, sino que es un hecho de la experiencia y un fenómeno de la intuición. En este estado de vaciedad absoluta, el hombre es capaz de absorber dentro de sí mismo el universo, pues el fin del Zen es hacer desaparecer al individuo como una realidad distinta de la vida y fundirse en ella, como un Todo[4]

El Vacío Zen

El vacío es, pues, la idea nuclear de la filosofía budista y la clave para su comprensión[5]Desde luego, el vacío budista no es la categoría nihilista que implica la nada y la negación de toda realidad, sino que significa: estar vacío, libre de toda condición particular. El vacío, según se entiende aquí, es lo absoluto, que, al no disponer de una palabra positiva adecuada, se expresa de forma negativa[6]El vacío no es un acto de anulación, sino de desprendimiento, desapego y, fundamentalmente, un acto de aislamiento; es la purificación del pensamiento, los sentimientos y la imaginación, no su aniquilación[7]

Este protagonismo de la vacuidad como categoría elemental signa la filosofía budista y sus manifestaciones espirituales y culturales: el principio del vacío se traduce en la expresión de una cultura de la quietud, de la pausa y lo sugerido. La doctrina Zen ha cimentado la visión tranquila y calmada del mundo como el único modo de llegar a comprenderlo. El espíritu y la quietud japoneses no pretenden elevarse por encima de la existencia, sino más bien introducirse en sus "raíces". Cuando la obra de arte es eficaz, según la filosofía budista, esta nos arrastra al origen primitivo de la vida, y allí nos vemos invadidos por la quietud, de la que parte todo lo vital. Para que esto ocurra debe reinar en las formas y en el espíritu de la obra el seiyaku[8]la serenidad pasiva resultado de un proceso introspectivo hacia el centro del objeto y su esencia. El investigador Marcos Ruiz Esparza nos dice al respecto:

La cultura de la quietud significa, por tanto, en el reino de las formas creadas: dejar hablar al gran vacío, dejar brillar a la gran oscuridad y aprender a ver al gran invisible. En resumen: hacer sentir el gran vacío y aprender a comprender al gran incomprensible[9]

El vacío es quien define los rasgos más característicos del arte y la cultura japonesa: el desequilibrio, la asimetría, la pobreza, la simplicidad, la soledad y toda una serie de ideas afines. El ideal de forma no existe, sino que se pretende dejar hablar al vacío, a la soledad, a lo inacabado, a lo imperfecto, a la nada que contiene en sí todo. El japonés no busca la "forma válida" en sí[10]ni tampoco la culminación o armonía de conjunto de su obra maestra, sino que busca algo sin forma, sin imagen, que contenga en sí todas las formas posibles.

Sabi, Wabi, Shibui

Del vacío parte el concepto de sabi o soledad, aislamiento del mundo de las bellezas formales hasta llegar al contacto con una belleza esencial. Sabi es la sencillez rústica de las formas, la imperfección arcaica que se expresa con la mayor síntesis de recursos, en pos de sugerir la naturaleza del objeto, más allá de su apariencia exterior. En todo el auténtico arte del Japón existe la tendencia a la sugerencia con absoluta economía de elementos, en donde el espectador tiene también una parte activa: descubrir lo que en la obra de arte no está más que iniciado. En este sentido, resulta paradigmática la frase del crítico de arte Okakura Kakuzo: "La verdadera belleza sólo puede ser descubierta mentalmente por quién completa lo incompleto"[11].

Un concepto íntimamente relacionado con el anterior es el de wabi o pobreza. Wabi es el despojo de lo superficial, lo ficticio, lo decorativo e innecesario; la simplicidad que permite descubrir la esencia última de la belleza del objeto. La forma se entiende tan solo como un medio para transmitir la belleza interior, por lo que cuanto más leve sea este medio, más pura aparecerá la belleza. En el arte hallamos el wabi en los leves trazos del pincel y en la línea fácil de la arquitectura, en el diseño sencillo de las mejores piezas de cerámica y en tantas otras expresiones del arte japonés. La pobreza material y de recursos del wabi favorece así la contemplación mística de la naturaleza[12]

El universo wabi-sabi de la estética japonesa precisa, pues, que la belleza reside en lo rústico, en lo sencillamente esencial, en la imperfección y en lo incompleto. El estudioso Richard R. Powell[13]lo resume diciendo que ello (el wabi-sabi) cultiva todo lo que es auténtico reconociendo tres sencillas realidades: nada dura, nada está completado y nada es perfecto.

Esta tendencia a lo incompleto y a lo imperfecto nos lleva al tercer concepto esencial del arte japonés: el shibumi o shibui, que se traduce como áspero, rudo o inacabado. El shibui se centra en la apariencia rústica y la trivialidad externa del objeto cotidiano, que atraen al artista japonés porque es la prueba de que el objeto está vivo. El shibui se destaca en la apariencia inacabada de la obra de arte, en la imperfección de una forma estética concreta que no oculte bajo formas aparentes la esencia del objeto.

No hay nada minúsculo para la filosofía Zen.

La concepción Zen de la Naturaleza

En la filosofía Zen la verdad búdica se encuentra en todas las cosas: en el viento, en las nubes, en la tierra, las montañas, los ríos, los animales…todos ellos tienen en potencia el poder de revelar la verdad búdica. La naturaleza funciona como un todo orgánico, donde cada elemento particular contiene en sí la pluralidad del universo. En este contexto, el hombre no debe pretender subyugar a la naturaleza o vivir en conflicto con ella. Él existe o vive como parte de la naturaleza. Por ello, en el arte y en la vida el mundo natural y de los objetos debe experimentarse en forma inmediata, sin la necesidad de intermediación ninguna. Así expresó en una ocasión el escultor japonés contemporáneo Isamu Noguchi:

"El delicado equilibrio entre espíritu y materia sólo puede alcanzarse cuando el artista se ha sumergido tan profundamente en el estudio de la armonía de la naturaleza, que se convierte en parte de ella misma, en parte de la propia tierra, de manera que llega a apreciar las superficies internas y los elementos de la vida"[14].

Es en este sentido que podemos entender las palabras del poeta Matsuo Basho: "Ve al pino si quieres conocer el pino, o al bambú si quieres conocer al bambú. Y así haciendo, debes soltar toda preocupación subjetiva por ti mismo... Tu poesía surge por sí sola cuando tú y el objeto se han vuelto uno."[15]

Para el artista japonés es esencial una previa empatía o compenetración íntima con la vida que se anhela expresar. El artista del Zen procurará ponernos en contacto, no con el exterior de las cosas que podemos tocar, sino con el espíritu escondido en ellas. La distancia entre el artista y la realidad viva y en movimiento, debe ser anulada. Y lo que el artista en la tradición japonesa saturada de Zen deberá expresar es la naturaleza y, en último término, la vida como la inconsciencia de lo vacío. Y para que lo vacuo se manifieste en la imagen debe predominar la vacuidad misma, y no una abigarrada profusión de cosas o colores. Al respecto resulta ilustrativa la frase del monje Zen y una de las voces más autorizadas sobre el budismo Zen del siglo XX, Daisetz Suzuki: "La belleza no está en la forma exterior, sino en el significado que ella expresa"[16].

El Zen y la Arquitectura Japonesa
De la arquitectura tradicional a la arquitectura contemporánea

Estos parámetros estéticos- filosóficos del budismo Zen, aplicados a la arquitectura tradicional, se traducen en un desarrollo del espacio en el que prima la cualidad de lo dinámico. El vacío, como concepto filosófico, se traduce en el concepto arquitectónico de espacio, estructura abierta a partir de la cual se organizan el resto de los elementos formales. Puesto que el pilar es el elemento estructural fundamental, se posibilita la amplitud y libertad de los espacios, así como la ligereza y flexibilidad de los muros y de las divisiones interiores. A su vez, las nociones de sabi, wabi y shibui definen la sobriedad de las líneas estructurales y expresivas de las construcciones, la austeridad de la decoración, lo rústico del acabado, las distribuciones asimétricas y aparentemente imperfectas: las edificaciones se caracterizan por la nitidez y rotundidad de las formas, por el refinamiento y por la supresión de lo anodino y la valoración de lo pequeño en el decorado ascético.

El budismo Zen llevó a la arquitectura, además, el respeto por la naturaleza y la estrecha relación con los espacios naturales: la arquitectura japonesa se funda, no en la confrontación con la naturaleza, sino en su existencia dentro de ella. De aquí que se utilice la luz natural como elemento de diseño, se empleen materiales naturales y se mantenga un vínculo fluido entre el espacio interior y el exterior, entre otras características.

Las características formales de la tradición arquitectónica se definieron, pues, siguiendo las pautas filosóficas budistas, ya que las viviendas, templos y palacios constituían un modo vital de expresión del pensamiento Zen.

Más de ocho siglos después del primer contacto del pueblo nipón con la filosofía budista resulta interesante, aunque no sorprendente, comprobar que, pese al paso del tiempo y la occidentalización que ha sufrido Japón en los últimos cien años, el Zen constituye aún una forma de pensamiento vital para la cultura japonesa en la actualidad. Los postulados Zen y las formas arquitectónicas que de ellos se derivaron constituyen, todavía hoy, ejes estructurales y conceptuales vitales para la creación de los arquitectos japoneses contemporáneos. Genios de la arquitectura insular han creado obras que, aunque son irreductiblemente postmodernas, son también un espejo de la cosmogonía y el pensamiento tradicional japonés y, en especial, de la filosofía Zen.

La presencia Zen en la arquitectura contemporánea

Para un análisis preciso de la huella budista en la arquitectura nipona de los últimos años, resulta pertinente identificar y analizar luego–puesto que hemos examinado ya los principales conceptos teóricos Zen y sus consecuencias estéticas- las características formales que en la arquitectura contemporánea son expresión de la filosofía budista. Estas coinciden, la mayor de las veces, con las de la arquitectura tradicional, pero no como citas literales, sino como interpretaciones actualizadas de las antiguas formas y conceptos Zen.

Espacio físico como expresión del vacío filosófico

En primera instancia tenemos que la importancia del vacío como categoría ontológica del pensamiento Zen se traslada al ámbito arquitectónico en la importancia del espacio como el eje estructural de toda la construcción. El vaciamiento y el aislamiento del mundo material que propone la experiencia del satori, se traduce en la purificación de la estructura espacial, libre, amplia y desierta. Las obras se caracterizan por la serenidad de las formas, la profusión de huecos y grandes espacios vacíos, el dinamismo y fluidez en la delimitación de las aéreas, y por la claridad de toda la estructura, expuesta sinceramente a las miradas del visitante.

Al respecto, la figura de Tadao Ando destaca como un arquitecto un tanto peculiar, pero perfectamente conectado con la más pura tradición de la arquitectura Zen. La obra de Tadao Ando parte de la idea del espacio como eje generatriz de todo el proyecto. La concepción del espacio vacío y de la amplitud tiene para él una importancia mayor que otro tipo de condicionamiento y, en busca de lograr la mayor sobriedad espacial posible, se centra en la desnudez y el purismo de los elementos constructivos. La filosofía de Ando está dirigida a pensar que el espacio puede ser una fuente de inspiración, un lugar para la experiencia mística de la vida, lo cual ha logrado plasmar magistralmente en el complejo Awaji Yumebati, para el aeropuerto internacional de Kansai. Si varias partes del proyecto no responden a ninguna función en específico, ellas suscitan en el visitador una consciencia aguda del espacio, de la luz, del sonido y de la arquitectura. Ando propone una visita no solo funcional al aeropuerto, sino también una vivencia única de experimentación y relajación dentro del entorno. Realiza un énfasis especial en la relación del hombre con la naturaleza en pos de crear un espacio de meditación, serenidad y espiritualidad.

Otro arquitecto japonés que prefiere el uso de los espacios vacíos o abiertos como elementos esenciales en la construcción es Fumihiko Maki. En su Centro Internacional de Conferencias, en Toyama, organiza el interior a partir de grandes galerías y amplias zonas traslúcidas que delimitan los espacios. El frente del edificio se compone de un muro-cortina de metal y de vidrio, y una pantalla de armazón de madera de arce macizo. Aquí, como en otras de sus realizaciones, Maki evoca la tradición japonesa en una estructura decididamente moderna. El armazón de madera remite al uso de los materiales naturales de la arquitectura tradicional, a la vez que mantiene un vínculo fluido entre el interior y el ambiente exterior.

La obra del dúo de arquitectos Kasuyo Sejima y Ryue Nishizawa, fundadores de la afamada firma de arquitectos con base en Tokio, SANAA, constituye otro ejemplo de la presencia Zen en la arquitectura contemporánea. Aunque la arquitectura que practican es absolutamente postmoderna, en ella se pueden detectar aspectos que también se encuentran en la arquitectura tradicional japonesa. Tal como sucede en la arquitectura Zen, la estructura de sus proyectos es una estructura clara, que muestra siempre las relaciones internas de sus partes. Nada se disimula o se recarga, sino que se deja al descubierto, ya sea mediante la sencillez rústica de las formas o por los juegos de luces y transparencias. El empleo de materiales movibles y traslúcidos les permite crear espacios cambiantes, en continuo proceso de mutación.

Para ellos la estructura es sólido y es vacío[17]y por esto conjugan los grandes espacios con demarcaciones fluidas. Los espacios en sus obras no se delimitan radicalmente, sino que intentan mantener la fluidez y la correlación entre unos y otros. Por ejemplo, en el Pabellón del Vidrio del Museo de Arte de Toledo, cada espacio funcional está delimitado en planta por una línea propia, pero existen varias capas de vidrio que clarifican la organización y proporcionan continuidad a la línea visual de estos espacios, sin que lleguen a ser nunca núcleos cerrados o compartimentados. En las Viviendas Seijo, en las afueras de Tokio, las unidades residenciales se extienden, conectándose unas con otras para formar un espacio orgánico unitario. El espacio para estos arquitectos no se caracteriza por la amplitud extensa, sino por la organicidad y conectividad; en este enfoque, más que el aislamiento de la vacuidad Zen, está presente la perspectiva del vacío como purificación de las formas y como conexión profunda entre el sujeto y el entorno. El espacio debe fluir en todo momento, debe ser expresión de formas purificadas, así el visitante puede incorporarse a la circulación sosegada y tranquila que propone la coherencia de esta organización espacial.

Pureza de las formas: sabi-wabi-shibui

La trilogía conceptual sabi-wabi-shibui, pilares de la estética Zen, definen también la arquitectura contemporánea: las obras son fundamentalmente ascéticas, sobrias en su diseño y concepción. Las estructuras se caracterizan por el minimalismo, la austeridad formal y la exclusión de todo lo accesorio; los proyectos suprimen todo lo que no es imprescindible y lo que es accidental. Las líneas complicadas se desechan, la expresión estética se logra mediante la reducción de las formas, donde se inhibe cualquier barroquismo especulativo. La soledad aislada de las formas, la pobreza de medios y lo primitivo de los diseños de las edificaciones apuntan a su proximidad con la pureza y severidad formal de la filosofía Zen.

Las estructuras se basan en el diseño de formas geométricas puras, organizadas casi siempre de un modo asimétrico, por la concepción Zen de que tiene más importancia la búsqueda de perfección que la propia perfección, ya que lo asimétrico sugiere o evoca el vacío, carente de toda forma ordenada. Si observamos la Casa en Suzaku, del afamado arquitecto, Waro Kishi, encontraremos una sencillez esencial en las estructuras y decoración de la casa. No existe un elemento circunstancial, superfluo, añadido o adjunto, sino que la claridad de las formas se logra con el uso mínimo de recursos expresivos, que dentro de un lenguaje modernista, respeta la sensibilidad japonesa por la sobriedad y pureza estética. Tadao Ando, en su citado complejo Awaji Yumebati, de igual manera, elimina lo superfluo y decorativo, y basa sus diseños en el empleo de volúmenes geométricos y en la disposición orgánica, aunque asimétrica de los elementos constructivos. Al respecto, el arquitecto plantea:

"La base de este proyecto reposa sobre universos redondos y cuadrados, conectados por avenidas. Más que apoyarme exclusivamente en la geometría, me serví de los espacios generados por las irregularidades de la topografía"[18].

Asimismo, la obra del estudio arquitectónico de SANAA ha sido calificada de ascética y frugal, pues los arquitectos, basados en los principios Zen, definen sus diseños a partir de la simplicidad orgánica y estructural de los espacios.

Por otra parte, tenemos la obra de Toyo Ito que, por ejemplo, en la casa Ai Wei Wei define estructuras basadas en el minimalismo extremo de la decoración y la estructura, en la apariencia rústica e inacabada de las texturas de los materiales de construcción, en la desnudez de las paredes, la geometrización pura de las líneas, el monocratismo del diseño de los colores y en el uso proporcional de las escalas. Cada espacio de esta edificación transmite la soledad, sobrecogimiento, sentido de aislamiento y lo místico de lo cotidiano que plantea la doctrina Zen y, particularmente, los conceptos sabi-wabi-shibui,

Relación con la naturaleza

En la arquitectura japonesa la relación de la edificación con el entorno no es una decisión que parta de un imperativo visual y de coherencia estética, sino que es una necesidad filosófica y cosmogónica. Dado que en el pensamiento Zen la dualidad del mundo no existe, sino que este se concibe como una unidad, sujeta a la cual está el individuo, el hombre es parte intrínseca de la naturaleza. Por ello, el espacio en que habite y circule el individuo debe expresar la fusión entre el ámbito humano y el natural, que, a fin de cuentas, es el mismo. De este precepto resulta la incorporación de los ambientes naturales a las construcciones urbanas, el límite impreciso entre los espacios interiores y los exteriores, el empleo de materiales naturales y el uso de la luz como elemento trascendental en el diseño.

En el caso del complejo Awaji Yumebati, de Ando, es evidente el vínculo con la naturaleza en la concepción visual y sonora que reposa sobre una serie de cascadas. Las escaleras, las fuentes y los lugares están dispuestos en una progresión geométrica que evoca una composición musical, a la vez que imitan las formas de los antiguos jardines japoneses Zen. Tal como expresara el propio arquitecto: "Intenté crear un nuevo estilo de jardín que combine el jardín tradicional de paseo japonés y los modelos occidentales, en los cuales la trama es mucho menos ambigua"[19]. El empleo de la luz natural como elemento compositivo y expresivo, de las formas geométricas simples y el uso del agua dentro de sus edificios, vinculan directamente la obra de Ando con el objetivo primario de la arquitectura Zen: la integración del edificio con su entorno natural, así como la apariencia sencilla y provocadora de sensaciones positivas. Y esta relación ha sido remarcada por el artista en varias ocasiones:

"La luz y el viento, en definitiva, los elementos naturales, carecen de significado de no introducirlos en el interior de la casa, secretándolos del mundo exterior. Una pizca de luz y de aire evoca todo el mundo natural. Las obras por mí creadas se han modificado y han cobrado significación gracias a los elementos de la naturaleza (luz y aire) que marcan el paso del tiempo y de las estaciones."[20]

Otro de los arquitectos contemporáneos que persigue igual fin es Hiroshi Hara, teórico, además de artista. Tomemos como ejemplo la Casa Ito, en Nagazaki. En este proyecto Hara concibió un espacio hogareño armónico con la naturaleza: su ubicación en un pequeño bosque de pinos definió el empleo del árbol como material fundamental en la construcción; su forma esencialmente vertical recuerda la de un pino, y los volúmenes cúbicos de la casa conforman un ritmo espacial que se aviene con el entramado vegetal. La integración con el entorno natural es también aquí una obligación conceptual, así como el acabado desestabilizador e imperfecto de los juegos cúbicos.

En el caso de SANAA, tenemos que sus edificios no presentan una frontera clara entre el interior y el exterior, por lo que nunca resultan núcleos cerrados y desconectados del espacio natural. De aquí que utilicen la línea curva en muchos de sus proyectos, pues de esta manera obtienen un espacio más moldeable y una relación más suave con la naturaleza. En el caso del Pabellón del Vidrio, anexo al Museo de Arte de Toledo, la experiencia del espacio interior siempre está en relación con la vegetación circundante. Cada uno de los espacios está definido por un vidrio transparente, que envuelve todos los espacios en un alzado continuo, que no queda interrumpido por esquinas. El resultado es una planta de burbujas interconectadas, a través de la cual el visitante fluye con la forma.

Muy cercanos al concepto de yugen[21]o "claroscuro", sus edificios se cargan, a su vez, de atmósferas místicas, donde cumplen un papel importante los contrastes de luces y de sombras. El yugen, en la filosofía Zen, es fundamentalmente una atmósfera de misterio y profundidad que se alcanza con la sugerencia de un perfil inacabado, con una impresión indefinida entre lo claro y lo oscuro, la luz y la sombra. Tomemos como ejemplo la Casa de Fin de Semana, construida en un bosque, cerca de una autopista y en un lugar distante de la ciudad de Tokyo. Aquí la penumbra y el contraste entre las zonas iluminadas y obscuras constituyen rasgos esenciales del diseño, evidencia no solo del interés de crear un ambiente específico, sino que, además, este empleo de la luz contiene un trasfondo filosófico que se halla en el pensamiento Zen. La frontera entre la luz y la sombra no está bien marcada en ninguno de los espacios: el dualismo se pierde a favor de una concepción del mundo como flujo continuo de elementos opuestos.

La naturaleza no es, pues, en estos proyectos, un contexto añadido, sino que forma parte íntegramente del diseño arquitectónico. 

Tadao Ando


“Para ser arquitecto hace falta tener un sueño, ideales y la energía física para mantenerlo, y espero que los jóvenes tengan esos sueños y esa energía que los ayude a mantenerlos.”
“Realmente, hay que tomarse muy en serio los sueños.”



Tadao Ando, sin haberse licenciado es uno de los mejores arquitectos del mundo. Nacido en Osaka, sus obras nos enganchan por su poética y delicadeza. Sus maestros Kahn y Frank Lloyd Wright y Le Corbusier de quien empezó a aprender repasando sus dibujos con lápiz hasta comprender cada uno de sus gestos.

Casa Azuma
     Iglesia del agua





Una de las bondades de la arquitectura

Uno de los aspectos más importantes para mí de la arquitectura es la libertad que otorga a aquellos que trabajamos con ella. No nos esclaviza personalmente como ocurre en gran parte de los trabajos, nos permite  investigar, expresar nuestras emociones, ser nosotros mismos.

sábado, 4 de agosto de 2012

Acepciones de la arquitectura... rizando el rizo

Ya la han denominado como "poesía congelada", un significado de los que más me gustan. Al escuchar esta acepción uno se traslada a un ámbito casi físico, entrando en variables temporales y espaciales. 
 No hay prisa, puede que nunca lleguemos a conocer la verdad última que esperamos, porque estamos sujetos al tiempo y al cambio y el cambio no deja casi tiempo para parar. Cuando algo ES, lo es eternamente, y el tiempo está sujeto al cambio, todo cambia, queremos congelar ese cambio, queremos parar el propio movimiento y eso es difícil, sólo tendremos un instante que sale del espacio temporal congelado para que podamos disfrutar de él el resto que continuamos cambiando.

martes, 31 de julio de 2012

Superficies

Limitados por la pared del miedo, un temor que recargan de maquillaje, para que nadie lo vea, que protegen con una esfera de hierro a la que nadie puede acceder. Para que nadie sepa lo vacía que está por dentro. Una burbuja llena de falsas promesas, de colores y principios que narran la historia de una mentira. Individualidad apoyada por los seguidores que al igual que ella no ven su belleza interior y optan por adorar a quien creen que si la ven. Pero todo es una farsa que se mantiene gracias a una ceguera constante

Redescubriendo

Encerrado en cuatro paredes no se puede ver la luz del horizonte. Los ciegos tampoco la necesitan. Pero cuando intuyes lo que habrá detrás al ver un rayo fugaz que rompe una grieta. Aquella grieta que un temblor abrió. Cuánto habría que agradecer aquel terremoto que movió mis cimientos

Atrapada

Su mente la encerraba y su corazón era la única herramienta para ser libre. Sus latidos encerrados entre cuatro paredes, apenas hacían rebotar su contorno. Pero su tamaño empezaba a crecer y crecer y las paredes se hacían más rígidas para evitar que creciese. La presión le asfixiaba. Nadaba en nebulosas, sin interiorizar la realidad. Sin dejarla romper, sentir la intensidad de la madurez. Compartirla, buscarla, ser uno, encontrar la unión de esa semilla que brotaba, pero en nadie la vió. Y se sentía sola, sin encontrar su alma gemela. Sin ver la luz de ambos trascendiendo todas las superficies

Nolan en sus inicios


lunes, 16 de julio de 2012

Del caos a los fractales

El caos ha sido aplicado en la tecnología y en la ciencia. Un ejemplo de ello es La Teoría del caos, el tercer paradigma, donde se trabaja con  con modelos aleatorios para crear series caóticas predictoras para el estudio de eventos que se presuponen caóticos en las Ciencias Sociales. Esto tiene su aplicación en la arquitectura, por medio de los fractales. Un buen ejemplo es el Jardín Botánico de Barcelona. 
Benoît Mandelbrot fue un matemático conocido por sus trabajos sobre los fractales.











Jill Bolte Taylor




Art Blakey and The Jazz Messengers